Comentario
Estas diferencias se refuerzan por las características propias de la residencia de los muertos, las necrópolis. Una nueva diferencia caracteriza la Europa central suroriental y las estepas pónticas, de la Europa occidental, incluyendo el área mediterránea. Se trata del ritual de enterramiento usado con carácter general en las zonas orientales, la costumbre casi exclusiva de las sepulturas individuales, fundamentalmente inhumaciones, aunque hay que señalar áreas de cremaciones, como en Europa central, que se diferencian con nitidez de la costumbre predominante en la zona occidental y nórdica del enterramiento colectivo, con un uso muy extendido de los sepulcros megalíticos, de diferentes tipologías, siempre con un ritual de inhumación. Esta situación, según las zonas, se mantiene hasta la segunda mitad del tercer milenio en que en amplias áreas, donde luego se observará la presencia de las cerámicas de cuerdas y campaniformes, se produce la sustitución de los enterramientos colectivos por las tumbas individuales, a excepción de parte de la Península Ibérica, la fachada atlántica, sur de Francia e islas Británicas, donde la persistencia del enterramiento colectivo se alarga hasta el segundo milenio.
Esta distinción coincide, en parte, con la que establecimos para una cierta jerarquización entre asentamientos, aunque la escala utilizada sea demasiado amplia, a pesar de lo cual se ha planteado la existencia de centros regionales, categoría otorgada a algunos de estos poblados, como el caso de asentamientos de Europa centro-oriental. Ello se une a la documentación de unas claras diferencias entre unas pocas tumbas y el resto de ellas en la mayoría de las necrópolis, con casos realmente espectaculares como el de la necrópolis de Varna en Bulgaria, donde entre 250 tumbas, casi todas inhumaciones flexionadas, sobresale un pequeño grupo de sepulturas agrupadas, con niveles muy diferentes de riqueza en los ajuares: metal, cobre y, sobre todo, oro para colgantes, pectorales y emblemas, que acompañan a estos pocos inhumados y otras necrópolis, aunque menos destacadas, donde también puedan diferenciarse pocas tumbas con ajuares mejor dotados que sobresalen del resto de las sepulturas, como Bodrogteresztúr o Tiszpolgár en los Cárpatos.